PIES Y TERCERA EDAD



Los podólogos se encuentran en muchas ocasiones patologías habituales en el quehacer diario, pero que toman especial significación cuando se trata de pacientes con cierta edad y ello nos obliga a plantearnos que las soluciones a dichos problemas son algo diferentes y más complejas de lo que en condiciones de plenitud representan al individuo que las sufre, por lo que toma especial interés la llamada Podología geriátrica. A medida que van transcurriendo los años los seres humanos nos vamos volviendo más torpes en nuestros movimientos y los trastornos de la marcha comienzan a ser habituales a partir de los 60 años. Todo ello, que forma parte de una evolución natural en nuestro proceso de envejecimiento (algo a lo que aspiramos todos siempre que consigamos tener una calidad de vida digna) y que tiene a grandes rasgos sus causas principales en:
 · Cambios psicológicos.
 · Cambios neurológicos.
 · Cambios metabólicos.
 · Secuelas a lesiones o traumatismos.
 · La escasez de recursos y medios.