Tratamiento de callosidades y durezas en Logroño



Las callosidades y las durezas son lesiones hiperqueratósicas que aparecen cuando capas del tejido subjuntivo fibrosos reemplazan al tejido subcutáneo. Con el tiempo, el tejido fibroso penetra en el estrato córneo, lo que ocasiona que las capas superiores de la piel se engrosen por una mayor presencia de queratina.
Los callos aparecen principalmente en la planta de los pies. Las durezas se dan en superficies protuberantes más pequeñas y presentan una forma cónica con una punta.
Los callos duros se presentan principalmente en los dedos de los pies mientras que los suaves se presentan entre ellos.
Las personas con diabetes o circulación deficiente pueden contraer infecciones graves bajo los callos. Por ello requieren atención específica y oportuna.
 
Por lo general los callos y durezas son indoloros, pero en algunos casos se vuelven tan gruesos que la piel pierde flexibilidad y se quiebra causando malestar. 
Al perder humedad, las terminaciones nerviosas se atrofian y el tejido se vuelve más duro e insensible al  dolor. Si se expone esta piel a una constante presión y a fuertes rozamientos se formará una superficie amarillenta que formará una callosidad.
 
La formación de callosidades se debe a:
- Fricción, presión u otra irritación ocasionada principalmente por el uso de zapatos inadecuados o calcetines que no ajustan correctamente.
- Problemas articulares de la cadera y la pelvis, que ocasionan defectos y problemas relacionados con la marcha.
- Uso repetido de herramientas y utensilios. 
- Artritis o deformidades en la estructura de los huesos.
- Descenso en la actividad sebácea, una menor hidratación y las alteraciones metabólicas y nutricionales asociadas al envejecimiento pueden producir cambios en la piel de los pies, aumentando la probabilidad de aparición de callosidades.
Tratamiento aplicado en el Centro Médico de Jesús Suescun:
El tratamiento podológico aconsejado en estos casos consiste en la eliminación de las durezas. Con este procedimiento no basta, ya que si se mantiene el funcionamiento anormal del pie o el uso de calzado inapropiado el problema reaparecerá en poco tiempo.
Por lo tanto el tratamiento para los callos no sólo debe eliminar los hiperqueratomas, sino que también buscará corregir el funcionamiento etiológico que origina el problema. Generalmente, basta con emplear soportes plantares (o plantillas), que el podólogo confeccionará a la medida del paciente.

Otra medida destinada a prevenir la reaparición de callos es el uso de un calzado adecuado, junto con la aplicación de correctores digitales.