La diabetes es una de las enfermedades metabólicas que causan mas lesiones tisulares y óseas en las extremidades inferiores, por causa de los trastornos isquémicos que se producen a dicho nivel.
De este modo los cuidados que el diabético preste a sus pies serán de vital importancia para su calidad de vida. No olvidemos que gran parte de las amputaciones, de las extremidades inferiores viene ocasionada por dicha enfermedad, pero, con una buena información y los cuidados adecuados, se puede evitar en la mayoría de los casos, llegar a tales extremos.
En algunos casos el paciente no termina de tomar en serio la trascendencia de dicha enfermedad, hay que ser muy disciplinado para tener calidad y cualidad de vida, no obstante hoy en día la sociedad, además de los profesionales, va tomando conciencia de ello y podemos afrontar el futuro con mayores conocimientos, que nos conducen a resultados muy prometedores.
Los pies son los elementos más distales de nuestras extremidades inferiores, además son los que reciben las cargas de nuestra de ambulación y las agresiones térmicas, químicas y del calzado, por ello las manifestaciones vasculares y neurológicas son más frecuentes que en otras partes de nuestro organismo.
Las alteraciones más frecuentes que nos encontraremos serán:
-Las neuropatías (pérdida de sensibilidad a la temperatura y al dolor).
-Los trastornos vasculares (menor irrigación).
-Mayor facilidad para las infecciones.
-Desarreglo de los anejos cutáneos (uñas y piel).
Las neuropatías:
Comienzan con la pérdida de sensibilidad de manera progresiva y ello hace que no nos demos cuenta de las lesiones que nos pueden producir unos zapatos no adecuados así como de quemaduras ya sea por calor o frío. Es muy importante el uso de calzados fisiológicos.
Los trastornos vasculares:
La pérdida de diámetro de las arterias de las extremidades inferiores nos producirá menor irrigación de las mismas, con la consiguiente sensación de frío.
Mayor facilidad para las infecciones: Las infecciones serán mas frecuentes por lo que deberemos extremar nuestra higiene y asepsia en nuestras heridas, así que todas las ampollas, rozaduras y demás lesiones se tratarán con extremo cuidado y desinfección.
Mucho cuidado con las callosidades, consultar al podólogo.
Anejos cutáneos: El cuidado de nuestra piel, tanto si es por exceso o por defecto de hidratación debe vigilarse así como el aspecto y cuidado de nuestras uñas.